Pluma hablaba.
Replicaba a Tintero todas las horas que consumía vomitando historias.
Tintero reía.
-¿Crees que lo que amo escribe sale de dentro de ti? ¿Quién sustenta tu sangre? ¿Quién abastece tus venas?. Yo amiga mía.
-¡Qué hablas rufián! Te vanaglorias de ser sustento y crees que en ti está el mérito. De sobra sabes que soy yo la que doy significado a tu vida. Únicamente yo le puedo dar forma.
En la habitación contigua, amo dormía.
A su lado, un millón de palabras alzaban vuelo.